María se ha convertido en ciudadana del mundo y, sin embargo, sus vínculos con Ecuador son evidentes en el corazón de su música. Una calidad vocal diversa en colores, urgencia y misterio, a medida que cada canción la lleva a un universo personal.
Su precisión melódica y rítmica no se interponen en el camino de su verdad emocional. Todo esto existe sin esfuerzo y en la voz bien entrenada de María también se anhela contar historias de la vida real, de personas reales, de emergencias reales en nuestro planeta. Su musicalidad y su humanidad están en juego con cada canción e improvisación.
Ella es una cantante asombrosa.
(Rhiannon)